Este 2017 se convirtió en inolvidable para Bugatti por el lanzamiento del largamente esperado sucesor del Veyron, llamado Chiron (como homenaje a Louis Chiron, afamado piloto monegasco de los años 30), un hipercarro que hace parecer a su antecesor como un deportivo común y corriente.

Otra ocasión por la cual este 2017 es tan relevante se la debemos a Juan Pablo Montoya. Aunque el piloto bogotano ya no es corredor activo en IndyCar (ya que conducirá el Penske Acura Dpi en IMSA), continúa ejerciendo su oficio de una manera que a todo el planeta deja boquiabierto: fue el seleccionado por Bugatti para establecer el récord del 0-400-0 más veloz en la historia: 41.9 segundos. Gracias a ello, Montoya confirma su estatus como el colombiano más veloz de la historia y uno de los mejores del mundo.

En el video que la marca francesa proporcionó, podemos ver en una de las brevísimas tomas, que la aguja del velocímetro llega a superar los 450 km/h. En un territorio así, muchas de las llantas comunes ya se hubiesen desintegrado debido a la presión, calor y fuerza centrífuga tan extremas, así que no podemos sino preguntarnos ¿Cuáles son las llantas que calza el Bugatti Chiron para lograr esos números tan asombrosos?

La respuesta a esa pregunta la tienen en Michelin, la firma gala responsable de los cauchos más competitivos de la actualidad. Y es que la marca de Bibendum comparte el Olimpo de las llantas de alto rendimiento con sus competidores de Pirelli, Bridgestone y Goodyear, siendo la responsable de clientes tan grandes como NASA para los recién retirados transbordadores espaciales, el avión supersónico Concorde y, Formula E y WRC, siendo el proveedor oficial de llantas para ambas categorías, así que podemos decir que los franceses saben una cosa o dos acerca de caucho de alto rendimiento.

Unas llantas cualquiera en nivel (Y), con índice de velocidad superior a 300 km/h no son suficientes, ya que se desintegrarían en el momento en que el hiperauto superase fácilmente esa marca. Michelin se sentó varios días con sus noches junto a ingenieros de Bugatti para desarrollar una llanta lo suficientemente resistente: cada gramo de caucho debe soportar 3.800 veces (!) la fuerza de gravedad centrífuga que se genera en las ruedas a 420 km/h, la velocidad máxima limitada electrónicamente en el Chiron. Fuera de eso, debía cumplir con los altos estándares de una llanta deportiva, como adherencia, evacuación de agua, durabilidad, comodidad y, por supuesto, economía: cambiar las llantas del Veyron costaba €54.000 (186.2 millones de pesos!) porque requerían ser adheridas y selladas al rin. Para el Chiron no hay un tratamiento tan intrincado: se instalan como neumáticos comunes y corrientes.

El resultado es la Michelin Pilot Sport Cup 3, una llanta que no será fácil de encontrar ni económica para los que tenemos billeteras mas… plebeyas. Esos neumáticos (probados en laboratorios destinados a tests aeroespaciales) tienen las nada discretas medidas de 285/30 R20 ZR (Y) adelante y 355/25 R21 ZR (Y) atrás, siendo 12% y 14% más grandes que las equipadas en el Veyron, y aunque caras, no tendrán que gastar el equivalente a un Porsche 911 en cada cambio.

Las dos marcas galas están desarrollando lo que se creía imposible: una llanta que logre llegar a 458 km/h sin explotar catastróficamente. Según ejecutivos de la llantera, están entrando, para todos los efectos, en terreno completamente desconocido y esperan tener resultados concretos cuando en 2018, Bugatti busque superar los 431.072 km/h establecidos por el Veyron 16.4 Grand Sport en 2010. Y esperemos que sea Montoya quien esté de nuevo al volante de esa gran máquina, calificada como pornografía para ingenieros.

Redacción: Sebastián Peñuela – www.bogotamotorcity.com